viernes, 28 de agosto de 2009

JUDITH Y HOLOFERNES

Si ,subrepticiamente, hubieras escondido el cuello,
voluptuoso general,
hubieras sentido el aplauso de tu tropa con penacho
rojo…
Tus cansadas huestes seguirían aclamándote
y los hombres ,cansados, tomarían la senda a casa.
Los efluvios del vino, insospechadamente,
hubieran comprendido en tus huesos el verdadero efecto
del desamor.

Si tu confianza hubiera dependido de tu fuerza
no habría sido necesaria una mujer ni un hombre.
Sólo ese sabor militar caduco, nocturno de falsos techos,
te llevó al error,
bajo una cámara de tela fina cubierta de adornos.

De esa manera, ningún abrazo suave de bella mujer
hubiera mostrado, sangrando, tan dormido premio.

Y así la eterna guerra terminaría en un ágape,
en un baile de amigos riéndose en la noche.

martes, 4 de agosto de 2009

El planetario

Un solo planeta viajando a mil años luz,
Un solo círculo imaginando lo negro.
Viejas naves, sin destripar, mantienen la órbita
De lo desaprensivo; quizá de lo vulgar.