viernes, 25 de junio de 2010

M.amá

Hoy he depositado las viejas ropas
junto a la máquina de lavar,
y parece que me he despojado de un mundo antiguo
que ya no es permisible,
ni aún con motivo.

Las vibraciones y el arrojo del sol
eran inequívocos:
tu nos permitías soñar solos,
no nos dejabas abandonar la orilla de la mar,
y, a lo lejos, nos advertías del peligro de las olas,
que ,como cadenas de espuma,se mostraban ingenuas.

Y, a veces, en la noche, terminábamos ahítos
de arena,
inmejorables amigos de la noche;
despistados, acariciábamos las esquinas
señalándolas para siempre.

Con tan poco asunto,
retornábamos a un lugar insospechado:
nuestra casa.

Y allí hacíamos juegos de amor infantiles,
nos reíamos del gato-al que creíamos idiota-,
nos dejábamos caer en vuelo firme
hacía un suelo,
todo lleno él de cuadrados blancos y negros
que nada tenían que ver con el juego de los inteligentes.

¡Qué maravillosa ingenuidad!

viernes, 11 de junio de 2010

El estreñimiento lírico
no es menos patológico
que la diarrea verbal.

La contención en la literatura
es un margen;

La categoría de las aves
también es ideológica.

No hay poema surrealista
ahora...

Son cosas de la gente,
viejos amores de la gente;
alegres conocimientos de la gente...