viernes, 31 de enero de 2014

Más allá del oriente

Si, más allá del oriente, se sueña con huríes,
 hombres bárbaros y  eternas sirenas,
habría que plantearse un tema serio,
una indefectible manera de soñar con el tiempo.

Habría que hacer una floritura de alfombra
o, simplemente, dejar escoger el bigote
rudo y serio de los hombres sin cortejo
que amenazan con la desidia en los mercados.

Pero, cuando el cuerpo se asombra
y asemeja historias íntimas, ideas
o quizá imaginaciones llenas de soberbia,
el occidental se vuelve cobarde y enjuto.

Entonces,¿para qué las preguntas inverosímiles
y los acuerdos mutuos, sociales y ciertos,
si el ángel de la verdad mucho tiempo hace
que repitió las misma historia, el mismo sentir?

Ahora ha llegado el instante de mostrar un ala
y dejar volar a la imaginación más allá del oriente,
sentir una pausa con sonido, una idea con cabeza,
y escuchar otras lenguas, otros lugares más cercanos.




miércoles, 15 de enero de 2014

Un naufragio de ingenuos


O quizá de otra forma, ya hubiésemos hundido
a los barcos más viejos,
o hubiésemos oído a la voz de mesana
 jadeante y muy húmeda
requiriendo un sinfín de advertencias de miedo.

Como el casco crujía desgajando sus tablas
los suspiros, apenas,  ya se oían por la borda
y en sus zonas más fuertes se escuchaba el quejido
de los nautas bisoños.

Se adentraron osados en la piel de Neptuno,
presumiendo en la ruta de saberes antiguos,
marineros ingenuos de una tierra muy seca
que ofrecióles apenas unas pocas semillas .

Audaces en celo acortaron esa ruta
por las olas más amplias,
las que herían el costado de la débil barcaza
que sirvió hace tiempo de residuo olvidado.

Tiritaban ahora en la noche secreta,
sin estrellas ni luces que confíen en la suerte
de encontrar salvamento en un alga cualquiera
que soporte el peso de los miembros cansados.

Ya sin aire y orondos flotan leves y etéreos
por encima del agua ,
los que antes sabían mucho más de la mar
yacen lejos ahora del rumor de las olas
ignorando la suerte de los hombres de adentro.

domingo, 12 de enero de 2014

Un sábado por la tarde

Ahora que los hombres duermen
es el momento de amar sin compasión;
es el momento de dejar de lado a los buitres,
el momento de adorar las cinturas anchas.

Respetuosos, los hombres vociferan
entre otros que gritan más y sueñan...