Aquellas que nos dejaron un sabor amargo
en la vida;
están tan lejos de nosotros
como una ligera víbora no deseada.
Aún me acuerdo de su falda aviolinada,
de su gesto falsamente alegre,
de sus ojos claros y opacos
contemplando a los viejos en la ciudad..
Pero,yo,como idiota, veía sólo los frisos
de los portales;
nunca a las otras bellas mujeres que
como un cuadro de Julio Romero se reían
del bellísimo sol.
Sólo el destino me indicó el camino:
viaja-sin maletas- solo en la mañana.
y hazte un ser poético que haga de las palabras
un ser imposible.
Y,equívocadamente, contempla los sitios oscuros;
aquellos que, en su momento,
despejaron por reflejo de lo negro
una luz tenue que me hizo sonreír.
Después de todo , ha sido como siempre:
una larga hilera de humo,
calles que se volvían curvas en los momentos
más positivos.
Escuchar inútiles consejos
de grandes amigos eunucos no era ya un consuelo,
era la verdadera imagen de la desidia
que me acompañaba triste y solo
por las más humildes calles de Córdoba.
Blog de la Biblioteca Escolar del IES Francisco de los Ríos de Fernán Núñez (Córdoba, Andalucía)
jueves, 14 de octubre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
Un momento de sombra
Pasando por debajo de la bóveda,
extranjeros de tez no blanquecina
comentaban con cierto escepticismo:
"no es inútil el hombre, que ya tenga un amigo".
Con mis pasos más lentos,
meditaba sobre asfalto en sus palabras,
y pensando en la verdad de lo evidente,
muchas caras hicieron preguntarme
en lo cierto de tan cándido aforismo.
No hubo voz que arriesgase ante la duda.
Y mi sombra se apartaba aún más deprisa
para darme certeza en lo innegable.
extranjeros de tez no blanquecina
comentaban con cierto escepticismo:
"no es inútil el hombre, que ya tenga un amigo".
Con mis pasos más lentos,
meditaba sobre asfalto en sus palabras,
y pensando en la verdad de lo evidente,
muchas caras hicieron preguntarme
en lo cierto de tan cándido aforismo.
No hubo voz que arriesgase ante la duda.
Y mi sombra se apartaba aún más deprisa
para darme certeza en lo innegable.
martes, 5 de octubre de 2010
Como Chateaubriand he pensado
en despojar a las calaveras
de su piel;
yo los he visto pasear en los camposantos
lloriqueando por sus familiares.
Sí, a los románticos...
Y todos me hablaban de desamores,
de variantes en los cruces de caminos,
de demonios que no nos dejaban vivir en la idea del día.
Todo parece sorprendente, por infuso.
Los animales son lingüísticos, desgraciadamente...
en despojar a las calaveras
de su piel;
yo los he visto pasear en los camposantos
lloriqueando por sus familiares.
Sí, a los románticos...
Y todos me hablaban de desamores,
de variantes en los cruces de caminos,
de demonios que no nos dejaban vivir en la idea del día.
Todo parece sorprendente, por infuso.
Los animales son lingüísticos, desgraciadamente...
viernes, 1 de octubre de 2010
La tercera dimensión
Sé que mi poca poesía se adelanta
a lo que, mi alma alocada,
interpreta como imágenes,
las más veces prosaicas.
Y, la verdad, no he intentado
ni siquiera culpar del pasado a nadie,
por no ser romántico.
No quise dieciochescamente,
facilitar rudas alcantarillas
a la plebe.
Tampoco los zapatos de broche dorado,
amplios como el alma de un enamorado,
reflejaron la simple observación de los realistas.
Y. entretanto, los que quisieron innovar,
dejaron brochazos de lágrimas en los lienzos,
jugaron con la desconocida geometría.
Fue ahí donde intuimos la verdadera luz del sol.
¡La tercera dimensión era cuestión de ingenio!
a lo que, mi alma alocada,
interpreta como imágenes,
las más veces prosaicas.
Y, la verdad, no he intentado
ni siquiera culpar del pasado a nadie,
por no ser romántico.
No quise dieciochescamente,
facilitar rudas alcantarillas
a la plebe.
Tampoco los zapatos de broche dorado,
amplios como el alma de un enamorado,
reflejaron la simple observación de los realistas.
Y. entretanto, los que quisieron innovar,
dejaron brochazos de lágrimas en los lienzos,
jugaron con la desconocida geometría.
Fue ahí donde intuimos la verdadera luz del sol.
¡La tercera dimensión era cuestión de ingenio!