martes, 22 de julio de 2008

Un rechazo evidente

La ciudad está hoy fatigada y duerme.
Son las cuatro.
Algunos reflejos acuden a cerrar la tarde
que ahora empieza...y los seres se abandonan.
Es la siesta.

¡Sentirse triste y desganado es tan fácil...!
lamentar momentos de oscuridad es sólo un deseo
como despreciar cualquier intento de acción
o inocular veneno en los vientres más vírgenes.

La ciudad duerme,
se diría que siempre ha pasado el silencio por aquí,
que las abejas nunca han existido
y que el viento ha sido un ligero soplo inaudible.

La ciudad duerme...
mientras una vieja, sola, mira al cielo
pidiendo que no la solicite tan pronto.
¡Prefiere este silencio, esta soledad...!

2 comentarios:

BIBLIORIOS dijo...

Un buen poema, se le perdonan incluso los errores, aunque sería mejor evitarlos: segunda ocurrencia "duermen" por sinónimo parcial; verbo "ser" segunda estrofa en singular...
Ya sé que lo escribiste medio dormido...

José Mª dijo...

Llevas toda la razón: los errores son evidentes, como mis continuos despistes. Es la siesta, joven amigo.