miércoles, 17 de septiembre de 2008

No desprecio a los ingenieros

No desprecio a los ingenieros informáticos

por su ínclito saber de la fibra óptica,

sino por sus camisetas de colorines

y sus zapatos planos, que me recuerdan

a los antiguos húngaros del metal.


No desprecio a los políticos

porque continúan informatizados,

los aprecio por su textura,

su íntimo pelo liso sujetado " de forma natural".


A veces, junto a la más mísera ribera

de un río, escupo a un cielo inaprensible,

recuerdo los vagos momentos de la niñez

que se escapan a las viejas nubes de algodón.

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