Con esta incipiente calor y los hombres forzudos
que circulan por las calles presumiendo de músculo
que les llena de ego su disipada alma y su soledad,
estamos preguntándonos cada dos por tres por nada.
Y a nadie se le caen los celos ni el desamor sincero,
nadie circula por temor a esos forzudos disuasores
que, entre cantares, muestran su enorme fortaleza,
la que nos tiene arredrados en este rincón de calor.
Afortunadamente, se dispone de un tablao con aire
acondicionado para los débiles que aún se esconden
por las calles anchas que, en un acto de ingenieros,
dieron posibilidad de dar un salto y huir de estos tipos.
Pero damos ohess de sorpresa y admiración
porque alguno de los forzudos,bronceados, nos mira
de reojo, y nos miente con sus ojos débiles y claros
transmitiéndonos una admiración y un silencio profundo.
Día de a Biblioteca 2019
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La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, a través de la
Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, impulsa la celebración
del *Día...
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