domingo, 28 de marzo de 2010

ENTRE LA MONTAÑA Y EL DULCE SOPOR

Los hombres que más rudos son
Abandonan la montaña entre lágrimas,
Entre los sollozos de las bestias más fuertes
Que acabaron de devorar a un ser huesudo y frío.

Las primeras luces del cazador son estrellas de víspera,
Del dulce amargor y de la escopeta que escupe imposibles
Amenazas a los hombres
-Incluso a los más atrevidos.

Las intimidantes amenazas de las bestias
Sueñan con el sopor del invierno,
Con saludos apacibles de género infantil
Que haga de sus crías otra nueva amenaza:
La de los dientes largos.

La estrecha nieve, nunca más blanca,
Nos avisa del riesgo de vivir deslizándose
Entre angostos senderos.
El bosque está hecho para el abandono
De insignes cuerpos o de inmensas niñas.

El bosque es un misterio de sopor y de abandono ;
Las lejanas cumbres,
Moles de piedra granítica que apenas irradian los últimos rayos
Del sol que nos abandona.

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