domingo, 9 de febrero de 2014

Poesía de la experiencia...ja,ja,ja

Nuestro calendario se ha desprendido hoy  de los azulejos
y está todo húmedo. insoportable porque los días  indican
que en alguna ocasión  la mujer será reina inconclusa de los días
que, los demás, imaginamos como realmente insuperables.

Y, junto a la  bomba de calor, secas imágenes y un calendario,
el mismo que se ha desprendido con la humedad del él mismo;
el mismo que nos arrolla con sus enormes números eternos,
el que nos deja haciendo aspavientos al lado de la marmita.

Es el momento de empezar a soñar con cocidos interminables
y ensaladas llenas de asuntos extraños que suenan a cangrejo
rojo, que es el mejor del mundo, y lo desechable por pescadores
que han sufrido marejada o marea baja, que es lo mismo.

Y,ella, después de soportar la caída del calendario,
me dice que eso es así y que nunca nadie atrevióse
a tanta dejadez, a tanta ignominia casera escondida
detrás de  intención tan depravada, tan incolora.

Fue así como terminamos aquel día de lluvia
llenando los baldes por si un día faltaba el amor,
o, quizá, ese agua que tan limpia  hace desaparecer
a las viejas historias caseras que ya no humedecen al alma.