martes, 22 de enero de 2008

Marina Molero

Comenzamos una serie de publicaciones de las biografías del alumnado de 4º de ESO que redactan sobre un familiar durante este curso.
Aquí presentamos la primera entrega escrita por Marina Molero que relata la vida de su madre.

viernes, 18 de enero de 2008

AUTOPISTAS AMERICANAS

Con precaución y poco
se bebe de la bota del pobre.
A navajazos y no a mordiscos
se come el pan.
El queso se ralla,
no se descorteza...

¡Bien...!

Mi automóvil ciento treinta
en carretera mal asfaltada.
Anuncios de bebidas, restaurantes...
La boca hecha agua,
páramo insoportable de calor,
asfalto que se pega al caucho,
a los pies, al alma...

Mi auto – tranquilamente –a ciento treinta.

INSCRIPCIÓN ROMANA

( “Lo más importante de la existencia
es saber en qué tiempo le ha tocado vivir a cada uno ” )

Inscripción romana


Como si nada ocurriera has salido a la calle
aún en penumbra.
La noche, cercana ya,
se te aparece con una nitidez clara.

Amigos, compras,
señoras e impúdicos pasean inconscientes.
Verdad o mentira. Ahí te encuentras
y quieres girar en dirección norte, al lado, atrás, al fin...

Vas encontrando placidez por instantes,
quizá por la brisa o el ruido sordo y apagado del camión
que transporta detritus tuyos.

La tasca más cercana refleja una luz casi opaca.
Entras.
Pides tu dieta, la ingieres con rapidez.
El sabor ha pasado casi desapercibido.
El resultado favorable:
tu timidez e inconsistencia son ahora
seguridad, amplitud de imágenes.

Regresas al cemento;
altas palmeras destacan en el crepúsculo
no por tópico más rosado...
y ese color vuelve a infundirte melancolía.
El bar del hotel vacío.
Entremos...pues.

lunes, 14 de enero de 2008

Ángel González (desde su ausencia)

No sé si es lícito lo que he hecho; lo que sí es cierto es que siento una gran admiración por este autor que nos ha abandonado recientemente. Desde el mayor de los respetos, he compuesto un poema con fragmentos de los suyos. No hay ninguna incursión por mi parte, ni una sola palabra, sólo la elaboración del montaje- a modo de puzzle- con varias composiciones suyas. El título sí es mío, porque quiero pensar que estas palabras pudieran ser suyas: desde donde esté, seguirá amándonos desde sus poemas.


Amarte después, amarte siempre.

Estos poemas los desencadenaste tú
como se desencadena el viento
sin saber hacia dónde ni por qué.
Cuántas veces te has vuelto, en heliotropo
convertida
a mirar lo que amabas deslumbrada,
sé que llegará el día en que ya nunca
volveré a contemplar
tu mirada curiosa y asombrada.
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos,
pensaré en ti después,
seguramente
cuando la noche imponga su costumbre
de insomnio
y convierta cada minuto
en el aniversario,
cuando quieras marcharte, esta es
la puerta:
se llama Ángel y conduce al llanto.
Quise mirar el mundo con tus ojos,
por eso ahora
mientras aún es posible
mirarme, mirarte,
mete todo el asombro
en mi mirada,
que lejos siempre ya de todo
-incluso de mí mismo-
...para quien anda a tientas
y no sabe
la noche abierta es un peligro hermoso.


Para esta composición he utilizado fragmentos de los siguientes poemas:

-¿Cómo seré?
-A mano amada
-El otoño se acerca
-Entonces
-Fiel
-Estos poemas
-Quise
-La luz a ti debida
-Aquí o allí
-(Fragmento de Glosas en homenaje a C.R.)

lunes, 7 de enero de 2008

Mis primeros zapatos de tacón

La calle era de piedras, estaba llena de magia, parecía la entrada de un castillo medieval. Durante el verano nos sentábamos en la gradilla; a escondidas y entre risas nos comíamos la sal que las vecinas ponían en sus ranuras para que no creciera la hierba, y que evidentemente estaba absolutamente prohibido,¿ como si no nos iba a gustar tanto?.

Un día me las quitaron; ambas cosas, y me confiscaron en mi casa durante todo un día, pero eso no era un castigo para mi ya que en ella había montañas de sacos de harina, de sal- que escalaba como un verdadero alpinista- y montañas de cajas de cartón y montañas de leña, vamos, un paraíso para el que no hacia falta tener mucha imaginación y que resultara ser de lo más entretenido. Era una panadería. Siempre olía bien. Todavía hoy soy capaz de recordar ese aroma que rezumaba en mi hogar.

Me asomé a una ventana que daba a la calle y para mi horror, estaba inundada de un olor muy desagradable además de una capa espesa y caliente - lo digo porque salia humo- muy negra que sepultó las piedras para siempre.

A la mañana siguiente mi madre salió de la casa muy bien vestida, llevaba unos zapatos inmensos de altos que eran, me los quedé mirando y fue entonces cuando lo decidí. Tendría unos zapatos como los de mi madre.

Ya podía salir, la calle estaba lista, decían que estaba arreglada, pero yo pensé que era todo lo contrario. La habían estropeado definitivamente, y para siempre. No pude evirtar llorar por ella, pero era pequeña y las pasiones me duraban poco.

Carmen y yo nos pusimos manos a la obra, teníamos que conseguir esos zapatos de cualquier forma. No puedo recordar con exactitud como se nos ocurrió la idea, pero con trozos de alquitrán caliente y chapas de refrescos pusimos una prótesis a los zapatos gorila- que era la última novedad de la época- que dejaron en las losas una marca indeleble durante mucho tiempo; nos fuimos tambaleando hasta que adquirió una gran solidez, tanta que me tuvieron que comprar unos zapatos nuevos para salir del apuro y mandarme a la escuela decentemente arreglada. Este tema me costó una gran paliza- no me dolian los palos- y dos dias de reclusión- esto me dolió más-. Días más tarde mi madre consiguió dejarlos sin apenas un leve rastro para mi tristeza; pero aún puedo oirlos chocar contra el suelo: clic clac, clic clac."La idea funcionó", por fin tuve mis primeros tacones. Tardé mucho en utilizar unos de verdad.

Cada año, cuando voy a comprar los regalos de navidad me pasa algo curioso, algo que me hace recordar momentos que están ocultos en mi memoria.

Hace unos días mientras realizaba dichas compras, me detuve ante el escaparate de una zapatería. Había unos zapatos rojos con un tacón enorme. Me quedé pegada al cristal como una mosca al de una pastelería...
No los compré, pero volví -después de muchos años- a tener esa sensación vertiginosa y prohibida de mis primeros tacones de chapa y alquitrán.

viernes, 4 de enero de 2008

CIBERNÉTICA

Cibernética


S.E.A , la máquina devoradora de hombres
está desayunando un amasijo
de tornillos con mohín.

H.B. Talmax se acerca a comprar su cartulario
de hoja fina de estroncio.
El perro de la señora Fox
reclama en el patio su ración de pirita plomo,
rociada de mercurio ¡claro!

Hoy he tenido que largar
a dos pesados robots del C.E.I.I
(Centro Experimental de Investigaciones Interestelares )
No habían sabido descubrir las rimas
de un poema superextracodificado,
metramentalmente escogido.

Sus madres preparaban entonces el almuerzo:
sopa de sulfato sódico
con unos pequeños tropezones de un residuo arcilloso
blando.

Todos regresan a la casa-pensadora en autobús
impulsado por gases extraídos de un metal a punto de desaparecer:
la espinaca.

Ya por la tarde plúmbea,
¡ no podía ser de otras manera!
todos se han divertido con una muñeca reluciente
que el padre de Max creó con la chatarra del barrio cercano.

Mientras, los utilleros del metal plutónico
regresan a sus casa pensadoras.