lunes, 24 de noviembre de 2008

¿Serán los viejos hombres...

¿Serán los viejos hombres los que nieguen los libros,
las verdades impresas?
¿ Los que , con mirada hacia al norte,
dejen lágrimas blancas ahuyentando el sonido?

No habrá ni más ventura, ni historias
despojadas de asuntos verdaderos,
juntando nuevas letras en vez de los dos ceros
que anuncien el binomio de, apenas , ciertas glorias.

Quizá algún dibujo decore nuestro texto,
inserte en la pantalla algún refrán muy cierto
o deje libremente huir al corrector
que espera allí sentado algún pobre lector.

lunes, 17 de noviembre de 2008

LOS ENEMIGOS

Aquellos que superan el arte de lo neutro,
no dicen nada, esperan admirables críticos
que acompañen su osadía incomprensible,
detestan el ritmo cierto de la vida.

En verdad, no dejan de imaginar...
la imagen sigue siendo un sueño de lo cierto,
forma invariable de los muertos gentiles
que dejan un abismo en el espíritu.

Inaudita verdad que se revierte
en las cándidas almas de los bares,
insufrible vida de los mismos
que esperan tu final, tu nota grave.

LA EXPLICACIÓN DE LA POESÍA

Después de sondear antiguos pasos, lejanas tierras,
un vado inútil explicó la ausencia de las aguas,
convirtieron en ajena la torpe realidad.

Dijeron que creer era de moros, de gente insensible
al toque sordo, de antiguas voces del muecín;
los verdes prados, las sombras llenas, inmutables
ante la vieja historia del ayer que me preguntan.

También, nos dejaron buscar las dulces yerbas antiguos vecinos
escondidos en las insondables razones de las piedras:
un pequeño ripio que abarca la historia del mar,
los risueños atardeceres de la infancia.

¡Una triste razón para explicar!

domingo, 9 de noviembre de 2008

Poesía como el agua

Diego Javier Domínguez es profesor de Secundaria y Coordinador del Proyecto Lector de su Centro. Desde hace varios años, edita el blog de la biblioteca Club de Lectores del IES Andrés Pérez Serrano de Cortes de la Frontera. Además, mantiene un blog y una página personal en la que recoge sus inquietudes literarias y profesionales.
Hoy nos brinda alguno de sus poemas para que conozcamos una poesía natural que mana como el agua.


Dios

Dios estuvo una vez en mi huerto
y aspiró el aroma de mis enredaderas,
pero el trueno cruel del acantilado
se lo llevó más allá del horizonte.

Dios llamó una vez a mi puerta
y el corazón se me llenó de caricias,
pero el aire frío del invierno blanco
lo transportó lejos de mi alcoba.

Dios soñó una vez conmigo
y las estrellas brillaron en mi noche,
pero el silencio devoró mi camino
y sembró de lágrimas mis brazos.


La fuente

La fuente del huerto seco
tiene una flauta en el chorro
con dos enanos que entonan
dulces baladas a coro.

La fuente verde del valle
duerme en un colchón de musgo,
mi corazón rema en ella
hacia un mar sentido y turbio.

Entré en el caño hasta el pecho
de la fuente solitaria;
ahora que quiero amar
tengo un corazón de agua.



Escucha un poema recitado en voz de su autor.

Se pierden las escaleras


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Pobres y dichosos los frutos maduros.