viernes, 30 de abril de 2010

El error

Los inescrutables caminos del misterio son una mierda.
Los duros detectives se convierten
en dulces mariposas que lloran en oficinas
que vigilan hasta los propios dioses.

El humo, apenas perceptible por los vecinos,
es una mentira
que esconde la incapacidad de investigar
lo más sencillo.

Las pruebas, otra mentira libresca más
que desfallece con el desamor de Marlowe;
con su poca consistencia de ser amargo
gira a un punto de encuentro inacabado.

Sería difícil deshacerse del caso de mil dólares
de los cincuenta.
O las rodillas de miss Bertley verlas
incluidas en las huríes de Farlon.

El error reside en no descubrir nada propio,
en dorar la píldora del más débil
que acumula demasiados sentimientos sin querer,
para acabar hundiendo la voz en un sitio hueco.

lunes, 26 de abril de 2010

Pérdida de perspectivas

Empiezas con la música que más te gustaría
escuchar por la noche;
es siempre un acto ingenuo no ver la sangre
derramada junto a los árboles.

Podría ser un acto furioso,
revolucionario, en el mundo de los gérmenes
que inoculan veneno en las almas más profundas
y ajenas al quehacer de los tremendos días humanos.

Pero me avisaron a tiempo de las falsas perspectivas
de labios que me habían besado
en la época de las carreteras amargas.

Y fuí cambiando de punto de vista
hasta verme arrastrado a un fangal
que era la vida.

Me dijeron:¡ mira! son muchos los encondrijos del asunto.
Y, como siempre, me fui alejando de las bellas cosas,
de las antiguas imágenes sin sentido
que me hicieron desembocar en el corazón del ajeno.

viernes, 23 de abril de 2010

¿Aún creéis en la poesía?

¿Aún seguís creyendo en la poesía?
Como golondrinas que regresan a su casa fatal,
seguís creyendo en la poesía verdadera
de los hombres...

Imaginad almas fatales deambulando;
o, acaso, comtemplad grandes cebollas
orondas y dispuestas a llorar
tras cuerpos inasibles y llenos de misterio.

¿Aún seguís pensando en lo dulce y lo amargo?

Intentad una palabra, un pequeño verso
que diga adiós,
una cabeza sin cuello que ande diciendo adiós,
un estupendo momento que no es otro que el ayer.

Disponed de los viejos usos de la Retórica,
manejadlos y dioses seréis;
disputad con el ajeno...

Y todo será tan terrible
como una vida llena de fidelidad y discreción.
Será como contemplar la noche ideal
en los márgenes de lo verdaderamente real.

viernes, 16 de abril de 2010

Una ecuación matemática elevada a la categoría de fórmula

La máscara no era la superficie del rostro,
sino su esencia.

El veneno de las palabras devora al corazón
como el hígado a Prometeo.

Son fórmulas realmente matemáticas
que conducen a la duda de los caracoles nocturnos.

Si elevamos a la séptima potencia la bilis
que administra la función hepática del alma,
recorreríamos flores denominadas algoritmos,
los más simples.

Derivamos derivadas llenas de incógnitas bellas,
despejamos cielos tan inmensos que el signo del infinito
se vuelve infinitesimalmente etéreo.

La solución está en un trozo de cal y añil
cubriendo las antiguas islas del Egeo;
aquellas donde el reaccionario de Pitágoras
soñó con la ausencia de los números.

viernes, 9 de abril de 2010

Querido diario...

17 de agosto,
Nunca aprendí lo suficiente, no al menos para el punto en el que me encuentro. Busco un lugar para escapar.
Un dolor me atraviesa, me aprieta, me impide respirar. Una espiral de sentimientos martillea mi cabeza. No puedo escuchar su nombre, pues la pena me ahoga. Me siento desvanecer.

Y tú… tan feliz.


26 de septiembre,
Ha pasado ya algo más de un mes y si quiero ser sincera al menos conmigo misma, he de confesar que no consigo dejar de pensar en él.
No soporto la televisión ni la música romántica, me entristece.
En un fuerte intento porque no me explotara la cabeza de tanto pensar, me obligué a volver a salir con mis amigas, pero tanto yo como ellas sabemos que no soy la misma. Oigo pero no escucho.

Y tú… sigues feliz.


10 de noviembre,
Todo esta cambiando. He encontrado algo que me ayuda a desconectar, una motivación se podría decir, que me hace sonreír. Creo que… me debo eso al menos.
Ya está bien de pena. Ya basta. Soy joven y tengo que volver a asumir el control en mí misma y seguir. Apenas llevo recorrido la mitad de la mitad de mi vida y no es justo desaprovecharla de esta manera.

Y tú… qué ironía, empiezo a no estar preocupada por cómo estás.



21 de enero,
He vuelto a salir con mis amigas. Vuelvo a interesarme por sus problemas y he dejado de preocuparme sólo por mí. Vuelvo a ser la misma en casa. Vuelvo a salir de paseo al sol, vuelvo a cantar canciones que me gustan sin importarme la letra, vuelve a divertirme la televisión y cualquier buen libro que hable de amor, vuelvo a bailar en cualquier sitio. Vuelvo, en definitiva, a ser yo.


3 de marzo,
Superado.
Hoy… me ha vuelto a hablar… “Pareces feliz” ha dicho. Tras un leve estremecimiento, asentí con una sonrisa. Cuando me iba, me sujetó del brazo, “estaba pensando en que…quizás podríamos salir esta noche, ¿te apetece?” balbuceó… Solté mi brazo, giré y sin perder la sonrisa, sin resentimiento ni odio, te dije “Adiós”.


Autora: Ana Belén Fernández Marín . 1º Bach E (Alumna premiada en el concurso convocado por el IES Francisco de los Ríos conmemorando el Día de S. Valentín)

UN GIORNO

- Vamos, hermana, cuéntamelo otra vez, quiero aprender a luchar contra esa barrera yo también.
- Enana, ya te he dicho cómo pasó, sólo espero que tú no tropieces nunca con ello, son circunstancias difíciles de sobrellevar; además, nunca me escuchas.
- Claro que sí, y por ello intento aprovechar cada momento en el que yo puedo blindar ese sentimiento.
- Está bien, pero has de saber que es la última vez que te lo cuento, no me es fácil hablar de esto.
“No sé a qué se debió, pero por mera casualidad del destino, nacimos en el mismo año, por lo que pasamos toda nuestra infancia recolectando pequeños y grandes momentos que hicieron crecer y fortalecer en nuestro interior esa palabra de la que ya habrás oído hablar.
Íbamos hermanándonos: comíamos y dormíamos en nuestras casas desde que éramos pequeños micos; jugábamos todo el día en el parque, en la cochera; papá nos llevaba al campo de excursión a conocer ese mundo que estaba fuera de la televisión y los ordenadores; nos leía cuentos a la vera de la chimenea, etc. fuimos uniéndonos en una sola persona, éramos uña y carne. Hasta que llegamos a la adolescencia.
Hubo un año en el que, como ley de vida, las cosas comienzan a cambiar; se enamoró de una persona, yo de otra, y ciertamente, a esa edad nos la jugaron como a niño que le quitan una piruleta.
No obstante, como siempre, estábamos ahí, de nuevo, para escucharnos y relatar el desastre con el que había acabado lo que en ese momento era el amor de nuestras respectivas vidas; ajajá me resulta algo irónico en este momento ver cómo a esas edades creíamos que el mundo se nos echaba encima, y no llegábamos a ver que nuestra existencia estaba llena de baches peores que esos, los cuales íbamos a tener que afrontar en un futuro.
Éramos algo más que un simple amigo, ¿puede que la palabra sea hermanos? No sé, quizás.
Pasaron los años y nadie nos distanciaba, andábamos de aquí para allá siempre sin alejarnos. Tan solo hubo algunos obstáculos que se nos interponían, mas no lograban superar lo que teníamos cimentado; cogimos diferentes modalidades de bachiller, comenzamos las carreras en diferentes ciudades y…
… un día cualquiera en el que estábamos en el pueblo me llamó con tono de desesperación, me dijo que no quería hablarlo por teléfono y que corriera hacia su casa, necesitaba verme urgentemente y decirme algo.
Llegué al instante y encontré su figura postrada sobre la cama, me miraba fijamente con esos brillantes ojos azul cielo, me dijo que me sentara a su lado.
Como un fuerte hachazo llegaron sus palabras a mi interior, le habían diagnosticado un cáncer. Mi mejor amiga…sí, era ella, ¿por qué? Es algo que nunca llegaré a entender; pero aun así me siento feliz de poder seguir aquí con ella, y no haberla abandonado nunca en la batalla la cual nos tiene a todos involucrados. Salimos adelante poquito a poco, sabiendo lo que se acarrea. El asunto va mejorando.

Por esto te dijo pequeñaja, que aproveches cada momento que pasas con tus amigos, y demuéstrales que importancia tienen para ti. Nunca sabes qué sorpresa te puede dar esta vida.”

No sé si esta vez me habrás escuchado, pero esa palabra de la que te hablaba era: el amor de la amistad.

Beatriz Partera García .1º bach. E (Alumna premiada en el concurso convocado por el IES Francisco de los Ríos conmemorando el Día de S. Valentín)

sábado, 3 de abril de 2010

Despedida

Me hacen continuos comentarios en el blog
y consumo mi energía en transmitir ideas,
algunas veces opacas, las más veces ordenadas
para las mentes que olvidan tiempos poco amables.

El espíritu de los amables también se cansa,
esconde asimismo verdades que pueden inclinarse
al lado,atrás, al fin o a la noche.

Pero acaba hundiéndose en la miseria de los inteligentes
que opinan;
en los ocupados por su displicencia,
en los ajenos por no haber acudido nunca en la ayuda
de los poco retóricos.

También comprendo a la buena retórica,
justa, impasible, exacta y, a veces, fatal;
porque yo he intentado despedirme muchas veces,
aunque los esfuerzos de amigos y amantes
me abandonaron en parnasos y montes de olimpia
que eran pura reverberación.

Algunas tardes pensaba en la calor del verano,
en los dulces fríos del invierno,
en las poco coloristas tardes de otoño
y en la falsa primavera que se aleja cada vez más rápida.

Y escuchaba silencios mórbidos donde mil sacerdotes
imponían su doctrina,
me impedían arrodillarme para besar tu ventana
y alejarme en silencio...

También he visto a los labradores humillándose hoy,
no los viejos labradores,
sino los que labran a las almas de los seres humanos.
Y los he visto llorar junto al fango de los ricos,
los cuales le s decían: aguanta la vieja cruz,
la diligencia de los muertos...

Y en esos entonces se me venía el surrealismo.
Con el color no me impresionaba el impresionismo,
con Marx no se nos acabó la lucha
porque el que dispara la flecha es un flechador,
el que la muerte un mortedor.

Pero, el amor no lo termina nadie.
Ni siquiera aquellos que agotan sus fuerzas en lo nimio.
Alguna vez los he visto esconderse míseramente,
descubriendo a las viejas ocas que los satisfacen.

El final es la paciencia,
el suave avatar de mujeres bellas que nos esperan
en el universo de los árabes;es decir, las huríes.
¡Ya sé que todos las conocéis!

Se podría hablar de religión y de miserias humanas,
mas es contradictorio;
de cansinas repeticiones sobre el mismo tema;
de eternos deseos de hacer lo que hacemos todos
en silencio...
Sin embargo, prefiero callar los más imposibles deseos
para no hacer daño al numen...al estro... a eso.