martes, 4 de julio de 2017

MELANCOLÍA

Es esa hora de la mañana en que la oscuridad
parece que pesa,
en que los primeros viandantes sonámbulos y ajenos
brotan de esas casas idénticas, horriblemente idénticas,
y pisan fuerte el asfalto  y anuncian su destino…

Las pocas gotas de rocío
 que reflejan débiles rayos matutinos
se han indignado al no ser contempladas;
la soledad es así, no deliberada, intransigente
como damisela dieciochesca contrariada ante el despecho
de un bello joven lechuguino.

Los de más donaire alardean en las aceras a la nada,
al insufrible silencio de la calle que, sorprendida,
va guiñando en las esquinas a las inusitadas señoras
que aparecen por portales de lujo salmantino.

Los de más pesadumbre alimentan su ego con el sol
que anuncia viejos trajes de antiguas oficinas,
ya usados por los dedos de la muerte…

Sólo un hombre, hierático, sumido aún en el sueño
callejero de la noche, despierta sus fauces no por hambre,

Sino por  el destino explotador de la pobreza.

martes, 27 de junio de 2017


Los grandes viajeros ocultaban sus cosas en ligeros depósitos,
Ocultaban el alma en lugar muy profundo y, avanzaban,
Quilómetros sin apenas enseres ni supuestos caprichos,
El destino era el fin o quizá era el medio.

En mitad de la nada contemplaban absortos esa luz triunfadora
o…quizá la tristeza del sencillo  paisanaje,
acudiendo muy pronto a escurrir su fatiga de caminos sencillos
que acercaban la ruta al lugar del destino.

Los viajes son fáciles sin ningún adminículo, con la densa
 Intención de acabar lo más lejos de ese puerto ya visto
Conocido por todos los antiguos viajeros…

No fue así el final de la ruta, tan amable y tan dulce ,
Y sus almas ya vieron la verdad del entorno,
El sentido sincero de estos nuevos paisajes
Que hicieron de mí un completo ignorante.

viernes, 5 de mayo de 2017

Me he ido haciendo de encaje antiguo  y creado con el  buril
De  las impresiones en madera o en hierro ;
Y sigo conformando mi cuerpo con trozos de impresiones
Espontáneas, con viejos lápices dibujando flores,
Amigos que también son arte de orfebrería inútil.

Siempre confundiendo los desaires y las miradas oblicuas
Como amenazas de hombres inciertos y débiles
Que no son tan ciertas como yo creo o imagino,
Pero que me doblegan y me hieren en los cuartos.

Solo es la apariencia o la efusividad  de  un momento
Débil, de reuniones insustanciales con aspecto de verdad;
Pero no quiero salir hoy, ni dedicar una canción,

Solamente necesito un amor  más lejano que el sur.
Me he ido haciendo de encaje antiguo  y creado con el  buril
De  las impresiones en madera o en hierro ;
Y sigo conformando mi cuerpo con trozos de impresiones
Espontáneas, con viejos lápices dibujando flores,
Amigos que también son arte de orfebrería inútil.

Siempre confundiendo los desaires y las miradas oblicuas
Como amenazas de hombres inciertos y débiles
Que no son tan ciertas como yo creo o imagino,
Pero que me doblegan y me hieren en los cuartos.

Solo es la apariencia o la efusividad  de  un momento
Débil, de reuniones insustanciales con aspecto de verdad;
Pero no quiero salir hoy, ni dedicar una canción,

Solamente necesito un amor  más lejano que el sur.

sábado, 22 de abril de 2017

La vida es un asunto raro,
y debe serlo por asuntos muy serios
que determinan la cintura de los hombres
y la lejanía de los asuntos de fe.

La vida es seriamente rara
Porque dejamos escuchar a la inocencia exacta
 revuelta con el baile de los seres humanos
Que no suelen pintar en su lienzo…


La vida es realmente seria …

martes, 18 de abril de 2017

Cuando comenzaron a enredarse en las olas los hombres,
Los antiguos fantasmas y pocos besos verdaderos,
Sentí  ayes de mi madre y de gente extraña
Que voceaba al borde de la playa.

Y aquel día era muy sencillo:
Dos rayos de sol y una sombra paseando en el horizonte…
Y comencé a sentirme estúpidamente romántico
Y, sencillamente, estúpido por haber abandonado
La vida tan fácil de las plantas…

Hacer clorofila resulta un tanto  cursi
 ante estas situaciones normales y ordinarias;
luego  pensé en regresar al mundo de lo tangible
y observé que no le temo a la desazón ni a la mala vida,
sólo a la soledad.

Esa que aún no ha disuelto mi estómago
En trozos rojos de granadas muy ácidas
Ni me ha hecho doblegar ante los fuertes

Que presumen de sus fornidos  brazos.