¿Quién podría trasegar mi alma ahora,
que encuentra, bien hundido, al fabuloso Eneas
y al dios Cupido?
¿Quién podría, tras tres mares tempestuosos,
arrojar al vacío el alma hueca,
la esencia del olvido?
Esa lucha de voz tan a la antigua entre Venus,Eneas
y su Dido,
son engañifas alteradas por la niebla,
inevitables estigmas de los huesos,
leyenda soportada en el indicio.
¿Quién podría delegar en el amor desenfrenado,
lo que ya son caricias apagadas
o sólo ascuas cada vez más aparentes?
Nada es triste, si el amor es desatino,
fuerte redención, más bien... destino.
Y nuestro insigne Don Juan hoy permanece
cubierto por las nalgas de la monja,
escupiendo hacia atrás como un demente.
Nada es casual.Ese es su sino.
IES FRANCISCO DE LOS RÍOS EN EL YOUNG BUSINESS TALENT
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El departamento de Economía de nuestro centro es entrevistado para contar
su experiencia en el concurso nacional * Young Business Talent. *Intervienen
el ...
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