Ella ordena los pliegues
atraviesa la costumbre
con la maleta cargada.
Los árboles acordonados de hormigón
describen las laderas de la tarde
abandonan sus sombras en el camino
y todas las melancolías
de la luz suspendida en el tiempo.
La ciudad tiembla entre sus manos
mientras tú la conduces
por corredores de piedra.
Cada día es nuevo
cada noche crece diferente
y entre ellos las palabras
borbotean como verdades
cálido azar, íntimo murmullo.
Sus ojos transparentes se iluminan
de un sueño a otro
para vivir la vida de un sueño.
Si la felicidad se dibuja
tiene el color de un paseo.
Este poema lo escribí después de leer el último ejemplar de la revista Litoral que dedica un monográfico a la ciudad. Poetas de todas las generaciones y de muchos paises han dedicado textos poéticos a su ciudad preferida admirada o que de alguna forma les impactó. Pensé que nunca había escrito un poema sobre mi pueblo, o mi ciudad. Describirla de forma poética es algo que está muy repetido. Son muchos los poetas locales que han escrito sobre el pueblo- Fernán Núñez - o sobre Córdoba. Decidí describir la ciudad a través de una sensación, de una historia. A veces es difícil transmitir lo que se pretende, y es un reto el que los demás entiendan esa sensación . Me gustaría conseguir que este poema fuera capaz de contarla.
Día de a Biblioteca 2019
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La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, a través de la
Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, impulsa la celebración
del *Día...
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