domingo, 22 de febrero de 2009

El desamor

Porque apretamos el acelerador de partículas,
El de las pequeñas afrentas, y tomaste
El puñal dorado, el oro por plata vieja…

No hubo nadie que asomara el cuello
De entre los fantasmas que nos vigilaban.

Nos dijimos de puñaladas sin apagar,
De mensajeros que dejaban su letra tarde
Y seguimos tomando el arma inútil para amar.

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