Después de dejar al alma viajar sola
he visto que paseaba solo bajo la lluvia.
Y me dije ¿ se puede ser tan romántico
sin el roce de tu piel?
Hoy he perdido el equilibrio
y la balanza cayó de tu lado.
Tan infantil... no podía ser nunca de otra
manera.
Y desparramo el poema hacia los ángeles
viciosos;
ellos me hacen sonreir sin compasión,
me descubren solo aquí bajo la lluvia:
junto a ese que no sé quien es,
al que alumbro una imagen
divertida e inadvertida.
Hoy he perdido la balanza de medir,
el ajuste del que dice que sí,
el que ama al séptimo...
Mis ojos, con lógica, se han vuelto rojos,
de melocotón,
de hombre-miel apenas agrio,
y han soñado con tus noches bajo la nieve.
Día de a Biblioteca 2019
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La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, a través de la
Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, impulsa la celebración
del *Día...
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