Comienza a hacer frío otra vez
y nos escondemos en el más allá;
por primera vez, vemos los brotes
arrastrándose por el suelo,
y pensamos en el bien ajeno.
Es inaudible el paisaje, inaudible
es el sonido del agua; de los instintos,
no nos queda nada más que el arrojo.
E intentamos por última vez alcanzar la cima,
vemos a la gente cansada de fingir,
inúltimente desembocar en el destino.
Entonces, pensamos en los no-amigos,
y mostramos alegría de huir ya hace tiempo
de la locura.
Procuramos, sin que naufraguen , soñar
junto a los dóciles y admirables bajeles,
aquellos que nos lleven allá lejos,
donde el límite sea sólo una consumación.
Día de a Biblioteca 2019
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La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, a través de la
Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, impulsa la celebración
del *Día...
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