jueves, 8 de julio de 2010

Gramática erótica

No olvidaré que el dolor fue en el maxilar,
que fue bajando con atrevimiento
a través de tu cuerpo tan dulce,
y desapareció a la altura de tus pies.

Pensé, entonces, en la gramática del cuerpo:
dos frases breves, tus oídos.
Dos inmejorables coordinadas tus piernas;
los conectores se rebelaron junto a las rodillas y
comenzaron las subordinadas.

El núcleo del sujeto era lo que todos
imáginamos como núcleo;
el adverbio se dejó seducir
por los errores que no eran anfibologías,
sino verdaderos núcleos de carne.

Quedó el predicado abierto a distintos verbos,
a complementos muy directos
que llegaban al alma a través de los transpositores.

El final, sin duda, debe ser un sujeto elíptico,
que brille con el más mínimo aliento
de los pronombres personales.

No hay comentarios: