No olvidaré que el dolor fue en el maxilar,
que fue bajando con atrevimiento
a través de tu cuerpo tan dulce,
y desapareció a la altura de tus pies.
Pensé, entonces, en la gramática del cuerpo:
dos frases breves, tus oídos.
Dos inmejorables coordinadas tus piernas;
los conectores se rebelaron junto a las rodillas y
comenzaron las subordinadas.
El núcleo del sujeto era lo que todos
imáginamos como núcleo;
el adverbio se dejó seducir
por los errores que no eran anfibologías,
sino verdaderos núcleos de carne.
Quedó el predicado abierto a distintos verbos,
a complementos muy directos
que llegaban al alma a través de los transpositores.
El final, sin duda, debe ser un sujeto elíptico,
que brille con el más mínimo aliento
de los pronombres personales.
Día de a Biblioteca 2019
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La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, a través de la
Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, impulsa la celebración
del *Día...
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