viernes, 4 de mayo de 2012

El amigo de los muñecos y de los símbolos.( Dedicado a Juan Vicente)

El aliento, dos veces, es mucho más que el aliento;
te descubre, dos veces, el valor de lo hecho.

El trabajo efusivo de un contorno o figura
te sujeta indolente a continuar con las formas
que parecen dos astros descubiertos en el cielo
del aquel antro tan viejo que te escupe en el cuerpo.

Las palabras despojan a un modelo-figura de la cáscara dura,
que soporta su piel con su atino y su acierto;
imposible seguir sentimiento en el término
o en las formas reales que descubren algo cierto.

Entonces, trabajar es un verbo
que no siente el consejo de los buenos amigos,
es un gesto obligado que te acerca al buen centro.

Pero soy, como tú, un centauro de cuerpo,
un agente de imágenes que soportan este celo,
que sólo intuyen los días por el mar , por el suelo
que ya indica por siempre el trabajo bien hecho.

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