martes, 30 de abril de 2013

El uno de mayo

De  los aspavientos de la derecha, y en los frágiles despechos
e inadmisibles  designios de los que están a su  lado,
he hecho un cubil despreciable, un hueco imposible,
he hecho un acto despreciable por no acudir a la llamada.

Bien es cierto que otros acuden a la manifestación vacíos
y vociferan como siempre lo hacíamos los dos derechos
a admitir la trampa  con sexo, la liberación de los dioses
que tiene a la gente indolente y a las mujeres como veneno .


Así que acabé sin ínfulas políticas  en el entorno 
de lo hostil, en la admisible ingenuidad de los apáticos
que sin excusa difieren de aquello que es imposible,
de lo que determina el orden de las cosas frugales..

Y he dicho majestuosamente que junto a ti, trampa con cepo,
los días pasan sin parsimonia, con el indefectiblemente
error de saber que estás aquí sin defectos ni errores
que me lleven con todo a abanderar a los disidentes.

No hay comentarios: