jueves, 1 de agosto de 2019


Pienso que debo llevar de aquí al cielo
otra vida diferente, un mero gesto
de escape insustancial y etéreo,
girar los controles del mando a la izquierda
y dejar pasar el tiempo a su ritmo.
Y aprovechar los días cotidianos
Para no hacer nada insustancial.

Creo que debo mejorar mi figura
de torero antiguo y falso  porte,
dibujar zigzag en el asfalto de gres
Y dejar huir a los inseguros hombres
que circulan inconsistentemente por la acera.

Así quizá logre la firmeza de los marinos,
el arrojo de los fuertes aventureros,
el enigma de las almas consecuentes,
esas que duermen en jergones de acero.

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