Por ello que me presté- no sin algún esfuerzo ( soy vago "per natura") a intentar comprenderlos, interpretarlos o, como mínimo, soñarlos. Esto fue lo que dio de sí:
Por detrás, por la retaguardia han entrado siempre, quizá alguna vez de frente, esquivando una enorme turba de seres humanos que se entretienen en descubrir las arrugas de las piernas de unos y otros. Siempre han sido silenciosos en su trasiego. Ellos conocen que no hay vuelta atrás y que todas las ideas presentes y futuras, son esponjas que se humedecen de sentimientos, que tampoco existen.
Es por eso que los espíritus pasan desapercibidos. Porque desconocen el entorno que queda fuera de su campo y sobreabundan en conocimientos de su propio terreno,¡ pero que nadie dude de su presencia-ausencia.! A veces son seres opacos que se descubren en su propia sombra; otras, simples golpes de viento; y las más veces seres llenos de nervaduras que se colorean en amplio abanico cada vez que comienzan a humedecer sus labios otros seres- con piernas y aliento- que ignoran este mundo y el otro.
Seguramente nunca haya que inquietarse; posiblemente la vía de conexión entre objetos tan dispersos sea un camino demasiado largo por inconstante. Bien cierto es que pululan “ almas”, “ elfos”, “espectros” y aparecidos” por cualquier manifestación de la naturaleza, mas se persiguen entre ellos mismos, jactándose entre unos y otros de quién ha conocido a más seres distintos. Y continúan llorando en las mismas fuentes y campos en que viven, porque al aproximarse cualquier humano a estos lugares terminan huyendo de su propia sombra o de su propia imagen, antes que estos entes con autoridad comiencen a manifestarse.
En distintos parajes se han visto sombras cubiertas de mantas que hablaban con las flores de pipirigallo, negando con gesto ostensible la recomendación que escuchaban; ha habido otros rincones donde se han visto desnudos, callados, simpatizantes del silencio: quizá queriendo esquivar los malos augurios de la pobreza. Por amplias avenidas cargadas de motores se han hecho escuchar por el más capacitado, por el que deambula en esas aceras intentando descubrir algo que lo aleje de las alturas de hormigón. Y, ya, por último, apreciaron golpes de fuerza que, alocadamente, recorrían un hipódromo lleno de barro y despojos, convirtiéndolos- en la imaginería más populachera- en espíritus a los que les gustaba la forma circular de la pista.
Pero nunca os amedrentéis, la forma reside en la razón de las cosas y en los intentos. ¡Ahí se encuentra la apreciación final! Escuchad si no un ligero susurro o un fuerte golpe de ola. ¿O acaso es falso confiar en la claridad que transmiten, o en las propias pisadas marcadas mucho antes de que ellos se conocieran, o en la oscuridad que puede ser con rumbo cierto, o en el alba- el inicio de lo natural- que no es necesario más que para el desengaño y, alguna que otra vez, para la sorpresa?
Así que continuamente, los espíritus se van alejando cada día más a los lugares más insospechados por recónditos. Los más indolentes permanecen aún en alguna rejilla de desagüe sin atreverse a asomar un largo cuello que dicen que los caracteriza o se tumban de forma repetitiva en los lechos de los más débiles para transmitir deseos a los ofuscados, inteligencia a los que siguen soñando y... verdad a los que siguen mintiendo, para que cualquier impulso humano llegue a descubrir lo que aparece por todos lados.
2 comentarios:
Me ha gustado tu visión ,creo que has expresado muy bién un sentimiento cada vez más común de lo que representan espiritus y signos. Hay una parte de nuestra "realidad mágica" que arrastramos desde la infancia,- un espiritu transitorio-
y que sin embargo no nos resistimos a participar de él. Pero esto no es nada más que otra opción para elegir. A mí me encantan estas fiestas, entiendo otras posturas. También es un signo de inteligencia hacer la vida fácil a los demás.
Isabel, me haces comentarios muy interesantes sobre lo que escribo en el blog. Ya es tiempo de agradecértelos.Me siento halagado por ello.
Por otra parte, quisiera comentar tus escritos; pero unas veces por dejadez, y otras por falta de tiempo, no lo hago. Me pondré manos a la obra en estas Navidades. Gracias.
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