Ulises
Porque sus llamadas eran embaucadoras
en un mar oscuro y ciego, farfullaba el héroe,
barbudo, intolerable, ruin...
Y el canto se hace más sutil, recogido;
zumban los oídos, sin embargo.
Impasibles los remos atisban con desprecio
a las bellezas que se escurren por la borda.
No es posible la huida ni el sufrimiento que imprime el canto;
sólo ataduras bastas amortiguan el deseo:
no apartar la vista , gemir en veces reiteradas,
poseer incansablemente a las ambiguas bellezas.
Pero, ¡oh!, los dioses andan cerca...
y el deseo no es concedido.
¿ Habrá más cruel destino?, decíase el héroe,
mascullando un soplo de viento que lo aleja del sueño, del deseo...el desatino.
Porque sus llamadas eran embaucadoras
en un mar oscuro y ciego, farfullaba el héroe,
barbudo, intolerable, ruin...
Y el canto se hace más sutil, recogido;
zumban los oídos, sin embargo.
Impasibles los remos atisban con desprecio
a las bellezas que se escurren por la borda.
No es posible la huida ni el sufrimiento que imprime el canto;
sólo ataduras bastas amortiguan el deseo:
no apartar la vista , gemir en veces reiteradas,
poseer incansablemente a las ambiguas bellezas.
Pero, ¡oh!, los dioses andan cerca...
y el deseo no es concedido.
¿ Habrá más cruel destino?, decíase el héroe,
mascullando un soplo de viento que lo aleja del sueño, del deseo...el desatino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario