miércoles, 5 de diciembre de 2007

Una pequeña historia

Yo tuve un amigo. Lo quise más que a mi. En invierno me ayudaba a recoger leña- Encendíamos un fuego sobre el hielo, cuando se derretía, pescábamos. Al anochecer contaba historias llenas de proyectos y fantasía. Entre sus manos el mundo se arropaba, los momentos eran ajenos al tiempo. Con él me sentía a salvo. Era cálido su roce; me abrazaba, y dejaba de llover. Le gustaba desafiar al destino interpretando poesía. Caminábamos en silencio, sonábamos mundos imposibles...
A mi amigo lo atrapó la usura como una enfermedad terminal que lo fue consumiendo. Aquel invierno la tormenta giró vertiginosa alrededor de la cabaña. Cuando cortamos la leña quiso cobrarme sus servicios. Medía el tiempo constantemente. Dejó de contar historias. Ya no me abrazaba. La lluvia comenzó a mojarnos. No volvió a leer poesía, sólo informes y estadísticas.
Un día se marchó llevándose parte de mi vida con él como una sombra que se arrastra triste, hermosa.
...Yo tuve un amigo, espero que algún día regrese, mientras, dejo estas pocas palabras como único testigo.

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