miércoles, 14 de marzo de 2012

OJE 1972

Acostumbrados al hecho de sentir tan sencillo
lo que aporta simplemente una idea, una imagen,
que adecente de siempre al solar de lo oscuro,
no se siente tan simple lo que aprende el consejo,
ni solicíta la bestia lo que atrás ha dejado.

Hay dos camas vacías juntas que asemejan
lugares ignotos, viajes sencillamente muy serios,
triunfos de hermanos imaginarios que sonríen
en la penumbra de la noche terrible,
que suele soñar con los aspavientos del alma.

Son las contraventanas deicidio, lugar cerrado
al serio desaliento de las hojas del patio,
las que alimentan a la noche de oxígeno neutral.





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