I
Declinante en manta roja
y soberbio
como por asfixia
se va escondiendo
en la penumbra;
fácil manejo el de la carta marcada.
Tabernas repletas
de gente ensimismada,
candor...efusión y tristeza en el horizonte;
avería del espíritu la noche
biela árabe ilumina
el rostro encanecido
y en el agua un suspiro de viento
revolotea,
parpadea débilmente
en la orilla.
... Y otra muerte que te espera
con silencios
mórbidos
desgarradores
obligatoriamente fieles;
claveles rojos
y rosa también
-en el orto moribundo próximo-
que te esperan;
sacas fuerzas de flaqueza
te defiendes, ¡luchas!
...para nada...
Los cuernos de la noche son asta de toro;
remueve las cenizas
échalas al viento
y...¡ ya verás! ¿Qué?
Esconderse la biela árabe
¡maldito!
monstruo que a zarpazos
de sol a sol te defiendes
sin vergüenza
ajeno al propio ser
a la individualidad,
pensando en el fantasma
del más allá,
en la linterna mágica
que te salve
DE LA OSCURIDAD ETERNA.
II
Pensaste entonces...
en volver,
en hacer desaparecer la claustrofobia.
El aliento
inquieto aún
se retorcía como víbora encañada
golpeada por el más mísero y efímero de los placeres:
la vida cotidiana.
El quehacer devastador de los edificios
de aquella ciudad
aletargada
cansina
alejada
en espera de pisadas en el culo
asentado en la acera,
rasgueando el placer resabiado
de lo que no gusta;
¡masoquismo inútil!
pitas que sólo pinchan en la piel
sin dolor
cosquilleo que despierta;
y andaste el camino
y ahí te ves
ajeno,
fielmente apegado a una ciudad
muerta
incansablemente insatisfactoria,
como aquellos días de verano
requemado por el sol
huyendo a la sombra
¡ Lagarto arrepentido de su sangre!
III
El último respiro
socavón o corriente,
arrastrando legajos y lodo de la otra noche
excedida, sin sofocos- eso sí-
sin alteraciones
bruscas,
brillante, espléndida, casi normal,
con un serón de arena fina
rociándola como fuente de deseo,
paseándola contigo y sabiéndola
sin fin
sin limitaciones
con leves vaivenes de cabeza de chorlito
de entusiasmado...
y sabiendo que las aceras son rectas
ni curvas ni quebradas,
sólo rectas como el camino de lo exacto
o... de lo breve:
cualquier cosa con saborear un buen vaso de vino
tensador de venas
relax de los nervios
mundano placer penicilium
deseo infinito de Dionisos.
¡Vivir para beber
en un tango-trago interminable!
IV
Con largas ancas y sudor bíblico
has alcanzado ya la tarde.
Viandas que se repiten, agujeros en los ojos
y un lagarto paseando
frente al mar
ante la nada;
y todo lo que piensas reminiscencias
bañadas por los últimos rayos de la muerte
anaranjados
vibrando entre los tuétanos de goma de tu cuerpo.
¡ Ese largo suspiro el de la tarde!
Bumerang de ideas alocadas en círculo vicioso inevitable.
V
Ya el orto.
Primeros rayos pesimistas en el cuarto;
un falso fresco te golpea en el rostro
cansado de no dormir eternamente.
Los ojos de pantera, una ilusión:
escalera a la luna quebrada
hundida en el laberinto tan oscuro,
realísimo.
¡Tan triste la mañana...
que,sin remedio a la calle,
a la huerta humana,
a madurar sentimientos creados por la comunidad...!
...Mientras se va repitiendo el pitido de la cafetera,
pero ya el café ha dejado su primera huella en el asfalto.
Día de a Biblioteca 2019
-
La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, a través de la
Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, impulsa la celebración
del *Día...
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