viernes, 10 de octubre de 2008

¡Que salten siempre, que sigan saltando!

Cuando llegues,
-ciudad precipicio-
te caminaré adentro.
En esa mañana difícil
no sé como serán lo versos,
pero ahí me iré dejando
en esas sílabas precarias
siempre a medio camino,
por eso me salen tan blandas.
Ellas aceptan su suerte,
yo no sé si me engañan.

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