¡Qué cosas tiene el maestro! ¡Con la edad que tenemos! Pero donde manda capitán no manda marinero. ¡Si me concentro, algo se me ocurrirá!
El muchacho fue a comprarse un bolígrafo, pero era domingo y entonces fue a los chinos ya que ellos no descansan. No estaba el de siempre, estaba un anciano con cara de pocos amigos y el hombre le dijo que no le quedaban bolígrafos aunque al ver la cara de preocupación, le prestó uno y le dijo que no era normal, nunca debían darle los rayos de la luna porque cobraría vida propia y escribiría sus pensamientos más verdaderos.
El muchacho cogió el bolígrafo y se fue a su casa; una vez allí, empezó con el cuento, quedó durmiendo justo delante de la ventana en el escritorio y sin darse cuenta se hizo la noche y con los primeros rayos de la luna el Boli empezó a moverse, se levantó y empezó a tachar todo lo que Miguel había escrito poniendo en su lugar todo lo que pensaba sobre sus profesores y compañeros de clase. Por la mañana cuando se levantó, y se fue a la escuela, entregó el trabajo sin saber nada. Al otro día Miguel se fue muy contento hacia la escuela. Cuando entró en la escuela toda la clase y el maestro estaban muy serios mirando a Miguel y dijo:
¿Qué pasa?, ¿he sacado buena nota?
¡Buena nota! -Contestó el maestro mosqueado- , ¿Qué pretendías con esto, Miguel?¡Estás expulsado y mañana llamaré a tus padres, no volverás a pisar este instituto! - dijo el maestro.
Cuando el muchacho leyó, se dio cuenta de lo que había escrito y dijo:
¡Yo no he escrito esto! ¿Por qué tiene mi nombre?
Cuando Miguel pensó en las palabras que le dijo el viejo sobre el bolígrafo se echó las manos a la cabeza. Intentó explicar lo que había pasado a la clase, nadie le creyó porque, claro, ¿quién iba a creer esa locura?. Corrió hacia la tienda a llevar el bolígrafo al viejo pero no estaba el anciano. Estaba el hombre de siempre y le dijo que no le habría podido vender el Boli porque el domingo no abrió la tienda. Salió corriendo hacia su casa y no había nadie, subió a su cuarto y quedó dormido en la cama, despertó en el escritorio y dijo:
¡Vaya sueño que he tenido!
Se fue hacia la escuela y cuando volvió tranquilo de que todo estaba bien y en su sitio, subió a su cuarto, se encontró el bolígrafo al lado de una nota que decía: CONTINUARÁ.
Francisco Martínez Serrano, alumno de 3º ESO B
1 comentario:
¿Quién dijo que el surrealismo había desaparecido con Dalí?´
Espero que estos jóvenes escritores, no dejen de pensar que detrás de la calera, no hay nada más que sal. Mucha acritud y, nunca desánimo, y mucho amor...Siempre mucho amor: incluso para los más, letradamente, incomprendidos.
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