Escribir poemas no es tan fácil
como adorar a un dios
o ignorar a un alma inútil
que acierta con el pellejo divino.
La prepotencia de la palabra no tiene
límites;
ni siquiera la vanidad del poeta más sublime.
Se escribe, porque se vive o se desvive
con situaciones amargas y bailes desacompasados,
o porque se odian las palabras que hieren.
Y hay veces que, callado, no dices nada
y los intérpretes hablan de desidia, de amor,
de dulzura, de sinsabor, de sin grito...
Ellos hablan de la inoperancia de la metáfora pura,
del aficionado a la tristeza,
del aficionado a la incuria,
del deseo de ser no deseado...
IES FRANCISCO DE LOS RÍOS EN EL YOUNG BUSINESS TALENT
-
El departamento de Economía de nuestro centro es entrevistado para contar
su experiencia en el concurso nacional * Young Business Talent. *Intervienen
el ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario