Ingrid, en este verano, ya hemos dejado de visitar
el pequeño vergel de la osadía;
mi pequeña Ingrid, sabes del humo de la sal,
del pequeño animal que se deja sentir
admirando los huecos de la memoria de todos.
Mi dulce Ingrid, no ha sido tan importante
no viajar más allá de la memoria, sí ignorar
las lunas vacías de contenido,
viendo pedalear almas alocadamente.
Ingrid, tú sabes de autopistas y de amor,
de insignes , desconociendo esa raya
del cariño que, más tarde, es un número.
Mi dulcísima Ingrid, sabes de los hombres que somos,
de la estupidez humana que se desparrrama a veces,
del admirable hecho de ser mujer.
Mi dulcísima Ingrid...
Día de a Biblioteca 2019
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La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, a través de la
Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, impulsa la celebración
del *Día...
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